EL ENCANTO DEL RIO AGRIO
En el rio que cruza el camino que va a Penachi, en las tardes de intensa neblina, entre el tiempo que separa el dia de la noche; cuando se escucha el canto triste del guaicurú en la espesura del monte, llamando la lluvia, y los vuelos acrobáticos de los yiguines cruzan el espacio anunciando la llegada de la noche, una anciana de largos cabellos suele sentarse en la orilla del rio y conversar con el rumor de las aguas que bajan desde las faldas del cerro yanahuanca.

Una vez, un viajero llevaba una talega llena de monedas de oro. Al ver a la mujer de aspectos horribles parada en la orilla opuesta, con intenciones de no dejarlo pasar, comenzó agitando las monedas de tal manera que produjeran el ruido característico que despertara la ambición de la embrujada. Cuando vio que la mujer cruzaba el rio, se las arrojo y como por encanto la extraña mujer despareció. Luego, una dulce follaje de los arboles que crecen en la orilla del rio, cantaron los gorriones y zorzales, alegrando la tensa tarde.
FUENTE: Rully Falla Failoc
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